dissabte, d’octubre 14, 2006

Bienvenidos al blog de Jaume Farrerons




Saludos a todos, a los nacionalistas y a los no nacionalistas.

Durante muchos años he militado en CiU, he creído en algunos de sus mitos, he pensado en función de axiomas y postulados como por ejemplo Cataluña=progreso, y he aceptado a pies juntillas que Pujol, ese gran comediante, padecía por la nació catalana. Por nosotros.

¿Cuándo desperté? Desde el año 1991 soy funcionario de prisiones de la Generalitat y he podido conocer de cerca y sufrir en mi propia carne la realidad institucional -espantosa- que se esconde tras las grandes palabras del pujolismo.A partir de ahí, y hablo del año 2000, empecé a informarme, a leer libros que antes ignoraba, por ejemplo Jaque al Virrey, de José Manuel Novoa, entre muchos otros que ya citaré y comentaré in extenso.

Poco a poco he podido ir reconstruyendo en mi mente lo que es la realidad interna del nacionalismo catalán. Y ahora me veo capaz de afirmar, creo que con conocimiento de causa, que el catalanismo nos lleva a la ruina como pueblo.!Mi patriotismo catalán me lleva a enfrentarme a los nacionalistas! ¿Es esto posible?Sí. Pensemos en los patriotas alemanes que, precisamente por amor a su país, resistieron al nazismo e incluso llegaron a atentar contra Hitler cuando era evidente que Alemania iba a ser arrasada. Fueron considerados traidores, a pesar de que, a su manera, quizá eran los únicos que tenían derecho a hablar de patriotismo. Bien, pues entonces, yo también debo de ser un traidor. Salvando las distancias, pues no puede compararse el nacionalismo catalán actual con el nazismo (en Euskadi sí se podrían hacer ya este tipo de comparaciones), creo seriamente que el futuro no nos depara nada bueno si se forma un frente nacionalista CiU/ERC y vamos a la fractura civil, con los grupitos radicales tipo Maulets como partida de la porra de los corruptos y de los idiotas.

Quizá podría existir un nacionalismo de otro signo, un nacionalismo constructivo que abrazara a todos los que viven en Cataluña, un nacionalismo cívico, democrático, de los derechos y las libertades del pueblo real. Yo sueño con ese nacionalismo pero por ahora debo reconocer que se trata de una utopía y que mi deber como catalán, como ciudadano y hasta como persona es poner todo lo que sé en conocimiento de mis compatriotas. Y lo que sé va a molestar al nacionalismo y me va a crear problemas en el trabajo. Más todavía. Pero no importa.

Finalmente, debo aclarar que incluso en mi época nacionalista siempre consideraba que Cataluña, con la Constitución actual, estaba muy bien en España. En suma, que nunca he sido antiespañolista porque incluso formalmente el nacionalismo de CiU no lo era. Cataluña, pensaba y pienso, se beneficia de España y los castellanohablantes representan una riqueza cultural irrenunciable con el mismo valor, ni más ni menos, que la herencia autóctona.

Pero sobre mi concepción de Cataluña y de España ya hablaré con todo el detalle que el tema se merece.

Más información sobre mi trayectoria en:

http://www.adecaf.com/

Saludos.