divendres, de setembre 19, 2014

¿Con Anglada o contra Anglada? (Xavier Martínez Moyà)

El dirigent de PxC a Lleida Xavier Martínez Moyà.














El identitarismo español a estallado como si de una piñata se tratase. Tanto es así, que es imposible volver a guardar todo en un mismo recipiente. Es decir, es imposible que todos vuelvan a caber en un mismo partido. Hoy existen angladistas y anti-angladistas. Férreos defensores de Josep Anglada Rius y grandes detractores. Un nuevo ciclo inicia en el ya comúnmente llamado "Oasis catalán".

Como hemos señalado, ambas corrientes son antagónicas e irreconciliables. Pensar que todavía hoy pueda existir la reconciliación entre ambas fracciones, es de necios. Lo mismo que quedarse callado -trazando el camino de la ambigüedad-, es de pusilánimes. Hay que definirse, mojarse: ESTAR A FAVOR O EN CONTRA DE J. ANGLADA.

Comenzaré explicando que yo abandoné la Plataforma per Catalunya [de ahora en adelante, PxC], hace más de un año y medio. Lo hice por una cierta forma de hacer de algunos -nuevos- militantes y cargos del Consejo Ejecutivo, que estaban llevando el partido hacia un deriva muy diferente a la que yo conocía, (aquella que había sido avalada por todos los Congresos, tanto Ordinarios como Extraordinarios de PxC). Línea que venía del 2002 con el surgimiento de la Plataforma Vigatana (PV) y que abarcaba hasta los últimos documentos aprobados en el año 2011. Documentos donde además de reafirmar el catalanismo político, se hacia gala -ya sin complejos-, de la necesidad de avanzar hacia posturas de Izquierda Nacional, es decir: Identitarismo y Justicia social.

Si estas pautas se hubiesen mantenido, jamás me habría planteado abandonar PxC. Pero no fue así, ¿por qué cambió la PxC con Josep Anglada al frente? Es muy simple, se rodeó de gente equivocada. Muchos fuimos los que advertimos a Anglada que algunos sujetos como Hernando, Garriga, Ordoñez (entre otros), estaban alterando la esencia de PxC. Pero claro, en aquel momento ya era bastante complicado, pues tenían mayoría en el Consejo Ejecutivo de PxC y sustentaban concejalías muy preciadas en Catalunya. Quiero pensar, que Josep Anglada aguantó todo esto por el bien de PxC, para evitar un quiebre. Quiero pensar de nuevo, que pensaba que al menos le serían fieles, pero demostraron que no.

Josep Anglada fue perdiendo las mayorías. Poco a poco las personas que pertenecían al "ala catalanista" (no independentista), se fueron yendo, dejando a Anglada cada vez más solo. Al ir perdiendo la mayoría simple, el partido marchaba viento en popa para los Hernandistas. ¿Cual fue el motivo que llevó a cabo la destitución de Josep Anglada?

Para mí fueron dos motivos, más bien un hecho y un suceso:


  • La vuelta de Jaume Farrerons, histórico miembro fundador de PxC, autor de la declaración programática de PxC y uno de los ideólogos del catalanismo hispánico.
  • La marcha de Enrique Ravello.

La vuelta de Jaume Farrerons, es un intento desesperado de Anglada para salvar a PxC, para volver al origen, de reencontrar su camino, la "vuelta a Itaca". Se entenderá, que mientras Robert Hernando aplaudía las manifestaciones a favor de la constitución de C's y del PP, la vuelta de Jaume Farrerons se veía contraproducente para el camino ya trazado por los hernandistas. Tampoco debió gustar mucho a Joan Garriga (entre otros), -que además de ser un ex-PP, es un liberal reconocido-, oír hablar de Izquierda Nacional, supongo que cuanto menos le propició una diarrea.

Por otro lado, la salida de Enrique Ravello, quien fuera uno de los bastiones fuertes de PxC (gracias a él se consiguió todo el apoyo de Europa e incluso la tan preciada foto con Marine Le Pen), dejó solo a Anglada. Si bien Enrique Ravello ahora es independentista, los que le recordamos de sus andanzas por Tierra y Pueblo y sus últimos años en PxC, nos viene a la memoria un Ravello muy diferente al de ahora. Federalista sí, pero hispánico hasta la médula. Es decir, no hay que intentar buscar un paralelismo ideológico del sustrato nacional actual de Enrique Ravello con el de Josep Anglada; seguramente lo hubo, pero fue Enrique Ravello quien cambió, no Anglada.

Todo esto propició el "kairós" que desencadenó la ruptura de PxC y la expulsión del presidente histórico. Si Josep Anglada hubiese callado, hoy seguiría siendo presidente. Y es que recuerdo cuando Eduard Pallerola (Secretario Territorial de PxC en la provincia de Lleida) pidió hace unos años la renuncia en público de Josep Anglada al mando de PxC (por motivos de desacuerdos puntuales y personales, más que ideológicos o estratégicos), siendo el único en responderle Robert Hernando, quien le dijo: "Si no estás bien, puedes irte". Resulta gracioso, ¿no creen?.

Todo ha sido una lucha por cambiar la ideología de PxC, una lucha de minorías traidoras al origen ideológico de PxC, pero orquestada con grandes poderes a nivel municipal. Una lucha que ha utilizado la mentira y la difamación. Una mentira que de ser cierta, sería culpa de todos. Pues nunca en la historia, un caso como el que ahora nos presentan los hernandistas (de corrupción, deficiencias de gestión, etcétera), en un partido político, ha podido recaer sobre una única persona.

Culpable sería pues, también el Consejo Ejecutivo por acción u omisión. No obstante, eso no importa. Lo que se ha demostrado, es que quien se queda la página web de un partido, se queda con el partido hasta que un tribunal dictamine lo contrario.

Yo elegí apoyar a Anglada, apoyar los principios que me hicieron entrar en PxC. Apoyar la República Social Hispánica, donde todos los pueblos vivan en fraternidad, amparados bajo lazos de consanguinidad, historia y voluntad. En lugar de fijados y quietos por un papel anti-identitario como es "la constitución". Un papel prostituido al servicio de la oligarquía mundialista, la banca y el capital.

Josep Anglada tendrá muchos fallos (como todos), pero no es el culpable de lo aquí sucedido. Aún quienes estén en desacuerdo con él en lo ideológico, no podrán negar que resulta completamente parcial apoyar a Robert Hernando y sus secuaces con las pruebas expuestas ya a la vista.

Es Josep Anglada Rius nuestro presidente, el legítimo de PxC. Una PxC secuestrada y amordazada por unos pocos, que han silenciado a muchos.

¿El camino? Intentar salvarla mediante la solicitud de un Congreso Asambleario Extraordinario donde nuestro presidente pueda explicar su verdad. En caso de que nos deneguen nuestro derecho a la réplica, dinamitar la PxC para que sea un triste recuerdo del ayer, una opción que pudo ser y fracasó por la falta de respeto de unos pocos. De ser así, el sistema agradecerá a Hernando y sus secuaces, la ayuda prestada, toda su vida.

 
Xavier Martínez Moyà
Ex-Secretari d'Organització de PxC a Lleida